San Fidel de Sigmaringen
Nació en Sigmaringen, Alemania, en 1577, en un hogar católico y noble. Su padre, Juan Rey, era de ascendencia española. El origen de su familia le permitió estudiar en una buena academia, la de Friburgo, en la que se convirtió en un excelente jurista.
Una de sus mayores motivaciones en el ejercicio del derecho fue la defensa de los pobres, a los que defendió sin descanso. Poco a poco empieza a darse cuenta de las inmoralidades que rodeaban el mundo de la abogacía lo que le provoca una gran desilusión. Por ello dejara la profesión a los 35 años de edad y se consagrará por entero a Dios.
Ingresó en la Orden de los Capuchinos y se puso el nombre de Fidel (se llamaba Marcos). Fue un excelente predicador y un verdadero pastor con los más desfavorecidos. Fue recorriendo países dando testimonio, labor que le resulto más sencilla debido a su facilidad para los idiomas.
Recién fundada la Congregación Propaganda Fide, la sección de la Curia Romana encargada de los misioneros, mandan a 10 capuchinos a Suiza, lugar de fuertes tensiones y divisiones entre católicos y calvinistas. Fidel es uno de los 10.
Un día le invitó un grupo de protestantes para que les predicara y en mitad del discurso la emprendieron a balazos con él. Logró escabullirse, pero a las afueras de la aldea le alcanzaron, y le instaron a hacerse protestante. Ante su negativa le mataron a palos y con espadas. Sus últimas palabras fueron de perdón para sus asesinos. Era el 24 de abril del año 1622, tenía 45 años.
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